miércoles, 3 de diciembre de 2014
Dictamen de la Corte Constitucional sobre las enmiendas a la Constitución de la República del Ecuador
Recomendamos a nuestros seguidores la lectura del Dictamen sobre las enmiendas a la Constitución del Ecuador. Aquí.
martes, 2 de diciembre de 2014
En torno a la cultura lojana
Recomiendo un artículo muy interesante de Félix Paladines P. sobre los aportes que hizo la cultura lojana al Ecuador:
La lojana es una cultura con raíces y cimientos muy hondos. Loja forma parte de una de las regiones que mejor se conocen y saben a sí mismas, que cultiva su singular cultura con orgullo: buenos historiadores como Pío Jaramillo A., Alfonso Anda A., Hernán Gallardo M. y Galo Ramón hacen que nuestra historia regional sea una de las mejor estudiadas y conocidas. También abordaron temas históricos regionales las diestras y prolíficas plumas de Clodoveo Jaramillo A., el Cap. Luis F. Mora y Alejandro Carrión Aguirre.
Loja está circunscrita en un espacio geográfico en el que históricamente se han venido produciendo, extrayendo y comercializando productos de altísima demanda internacional, que mantienen precios siempre en alza. La circulación de estos productos, ya desde la Colonia temprana, generaba muchos circuitos comerciales y vinculaciones a lo largo y ancho del espacio regional, y la conectaban dinámicamente con la macroregión Norperuana–Surecuatoriana y con el mundo.
Lo que Loja le dio al Reino de Quito, a América y al mundo lo dio primero en oro (recuérdese que la investigadora ecuatoriana Maximina Navarro encuentra que sólo de Nambixa y durante el s. XVI, salieron con destino a las arcas reales y en calidad de quintos, 32.000 kilogramos de oro -32 toneladas-; más, hay calificados historiadores como Fernand Braudel que dice que en esa época “españoles y portugueses organizaron toda una vasta red que manejaba la exportación clandestina de metales preciosos”; de tal manera que, por las Cajas Reales, no pasaba más del 20 o 30% del oro realmente extraído. En su mejor momento, por Loja salía hacia Europa hasta el 40% de la riqueza que la Armada del Sur transportaba hacia España). Más tarde, Ss. XVII y XVIII, en ese producto casi milagroso que es la quina, la “corteza de Loja”, que ha permitido a la ciencia médica salvar millones de vidas afectadas por los terribles estragos de la malaria. Súmese a la riqueza antes mencionada los famosos mulares lojanos que, con los de Máncora en el Perú y los de Salta en Argentina, se cuentan entre los mejores del continente (esto, como analizaremos en otra oportunidad, tuvo, en ese momento histórico, una importancia capital).
Loja, entonces, ubicada estratégicamente en el centro de una gran región de abundancia, vivió, hasta finales del s. XVIII y ya iniciado el s. XIX, una época de auge económico que, por razones explicables, estuvo acompañada de un florecimiento cultural notable, que se ha prolongado en el tiempo y ha recibido el reconocimiento del país entero. Las letras y las artes del Sur, por lo mismo, siempre estuvieron vigentes en el concierto de la patria ecuatoriana.
Para una mejor comprensión del fenómeno cultural lojano, este puede ser dividido en tres épocas claramente diferenciadas: la primera cubriría todo el período colonial; la segunda, desde la Independencia hasta los inicios de la revolución liberal; y, la tercera -que puede ser considerada como la ´”edad de oro” de las letras y las artes en Loja-, abarcaría desde fines del s. XIX hasta la tercera década del s. XX, más o menos.
Refiriéndonos al primer período, recordemos que el Padre Juan de Velasco, ya en el s. XVIII, en su “Historia del Reino de Quito”, Tomo III, se expresa así: “Loja ha sido madre fecunda de sujetos ilustres. Dio no pocos al clero secular y regular, y particularmente a la Compañía en todos (los) tiempos. Los P. P. Ramón de Moncada y Diego de Ureña dieron gran esplendor a la recién nacida Universidad de San Gregorio Magno. El P. Alonso de Rojas fue oráculo de sabiduría y ejemplo de virtudes (a su elocuencia le correspondió la célebre oración fúnebre ante el cadáver de Mariana de Jesús, la azucena de Quito, de la que fue en vida su Director espiritual). El P. Simón de Rojas, que lo imitó en uno y otro, consumó su ancianidad con el apostolado del Marañón, donde le siguieron los P. P. Juan Colomo, Pedro Valdivieso y varios otros célebres en diversos tiempos (en la época a la que nos estamos refiriendo, toda la vida intelectual y social de las colonias giraba en torno a la Iglesia: los pintores y escultores más brillantes tenían que pintar y esculpir imágenes y bustos de santos; los arquitectos más reconocidos, debían erigir templos e inmensos conventos; los jóvenes de más vivo intelecto, en fin, tenían que entrar al servicio de la Iglesia desde cualquier posición social y profesional que ocuparan. Los conventos eran, por lo mismo y en ese momento histórico, los principales centros depositarios de la cultura y los clérigos, claro está, casi siempre los más doctos).
Hay un hecho trascendental que se produce en esta primera época del desarrollo de la cultura lojana: al despuntar el s. XVIII, los excedentes económicos generados por el indudable florecimiento económico de la región y acumulados en la forma de sólidas fortunas en manos de la aristocracia terrateniente y de grupos emergentes, como los altos funcionarios de la Corona y los grandes comerciantes, por ejemplo, van propiciando un clima cultural en el que surge un claro y feliz mecenazgo, orientado a impulsar el desarrollo de la educación, en sus dos niveles básicos. Así, en Agosto de 1.705, don Cristóbal González Hidalgo hace una considerable donación destinada a la fundación de un colegio en nuestra ciudad. Este hermoso proyecto solamente se pudo concretar en 1.727, cuando nuevas erogaciones hechas por los filántropos Dr. José Fausto de la Cueva y el P. Francisco Rodríguez permitieron la creación del “Colegio de Loxa”, que se convierte en la institución de cultura más antigua del país y, con seguridad, de las primeras de Sudamérica. Posteriormente, en 1.805, nuevas y cuantiosas donaciones hechas por don Bernardo Valdivieso y don Miguel Valdivieso, permitieron la consolidación del centenario colegio y de la escuela anexa al mismo, así como de un sistema educativo propio. El Colegio, desde Octubre de 1823 y como consecuencia de la visita a Loja del Libertador Simón Bolívar, quien dicto el Primer Reglamento y encargó al municipio el patronato de esta querida institución lojana, pasó a llamarse “San Bernardo”. Pronto, el año 2.027, el Colegio “Bernardo Valdivieso” cumplirá 300 años de creado.
El segundo momento de la periodización antes propuesta, cubre desde la Independencia hasta los inicios de la revolución liberal. Por limitaciones de espacio, y por tratarse de un período más conocido y mejor estudiado que el primero, concretémonos, en esta oportunidad, a solamente hacer una breve referencia de las personalidades y los hechos culturales de mayor trascendencia en esta etapa:
Producida la Independencia de esta parte del continente, luego de la Batalla de Ayacucho, el naciente Estado ecuatoriano requería de urgencia la presencia de intelectuales con talla de estadistas, de políticos inteligentes y sagaces, de juristas doctos que contribuyeran con sus luces a la formación de la República que emergía. En ese difícil momento histórico, dos ilustres lojanos, los doctores José Félix Valdivieso y José María Lequerica Riofrío estuvieron presentes al servicio de la patria que nacía: el primero, José Félix Valdivieso, destacó ya por sus brillantes intervenciones en la Convención de Ocaña, siempre secundando las justas posiciones del Libertador Bolívar. Después, ya sea como ministro de Flores, diputado constituyente en 1843 o como Jefe Supremo de la Sierra, siempre brilló por sus posiciones ponderadas y por sus vibrantes discursos, que le asignan un lugar preferente entre los oradores políticos de la joven República. Lequerica Riofrío, en cambio, fue primer Presidente de la Corte Superior de Guayaquil, creada por Decreto del Libertador Bolívar en diciembre de 1830; también fue miembro de la Corte Superior de Cuenca, desde su fundación, y Ministro de la Alta Corte de Justicia del Ecuador (actual Corte Nacional de Justicia). En 1830 representó a Loja en la Primera Asamblea Constituyente de Riobamba.
El doctor Miguel Riofrío P., sin lugar a dudas la figura más alta de las letras lojanas de la etapa de la República que estamos analizando, fue poeta, periodista, escritor, diplomático, orador, pedagogo, todo conjugado en un brillante intelectual que se convirtió en el animador y conductor espiritual de las promociones literarias de su tierra y en el más convencido y consecuente difusor de las avanzadas ideas liberales. Bardo excepcional, quien, a decir de Juan León Mera “hubiera sido el más alto poeta ecuatoriano, si la política no le hubiese absorbido tanto”. Autor de “La Emancipada”, considerada la primera novela ecuatoriana. Fundó, con el concurso de un formidable equipo de profesores de Nueva Granada el “Colegio de La Unión”, primer establecimiento particular y laico de la República, cuya fama atrajo a brillantes estudiantes de otras provincias ecuatorianas y de las vecinas Repúblicas de Perú y Colombia.
En 1855 don Juan José Peña trae a Loja, desde Lima, la primera imprenta (Alejandro Carrión A. dice que “la imprenta es para la inteligencia como el aire para la vida”), en la que, de inmediato, comienza a publicarse el primer periódico de esta región del país, La Federación- que poco más tarde se convertirá en el órgano oficial del Gobierno Federal de Loja-, y que produce una auténtica revolución literaria que hace surgir “una verdadera legión de poetas y prosistas del más alto nivel”, a decir del Dr. Pío Jaramillo. Se comienzan a publicar “las poesías de Ramón Samaniego y Sebastián Ordóñez, las prosas correctísimas de Toribio Mora, Manuel Alejandro Carrión, el autor de “Ecuatoriales”, José María Bermeo y Pablo Alvarado, Benigno Carrión, Francisco Arias, los hermanos Agustín y Manuel Alvarez, Luis F. Riofrío y Manuel Belizario Moreno”. Nuevos y nuevos equipos de impresión son importados por progresistas empresarios lojanos. Para 1893 el Colegio Bernardo Valdivieso cuenta también con una moderna imprenta. Se multiplica la publicación de periódicos, revistas (la primera revista dirigida y escrita por mujeres en este país, “Hojitas Blanquinegras”, circula en Loja a fines del s. XIX) y comienzan a editarse las primeras novelas lojanas.
Hay estudiosos del fenómeno cultural lojano que consideran que tal vez el periodismo deba ser considerado, en el primer siglo de República, como la manifestación intelectual ejercida con más fuerza y brillantez por los escritores de esta provincia del país. Destacan en esta actividad, entre otros, lojanos de la talla de Vicente Paz , proclamado como el “Decano de la prensa nacional”, Miguel Riofrío, Toribio Mora, Manuel Benigno Cueva B., Eliceo Paz, Sebastián Ordóñez, Samuel Jiménez, Francisco Arias (Vicepresidente en la administración de Veintimilla), Roberto Aguirre…
Al referirnos al tercer período propuesto (desde las dos últimas décadas del s. XIX hasta la tercera del s. XX), si bien es cierto que, desde que se consolida la República, el centro de gravedad de la cultura ecuatoriana ha estado pendulando entre los dos grandes polos regionales: Quito y Guayaquil; sin lugar a dudas, la presencia cultural de Loja ha sido tan fuerte que no ha podido desestimarse ni soslayarse. La música y la novela lojanas, por ejemplo, siempre fueron y son un necesario y obligado referente en el contexto del país.
Ya en el siglo XX, una fuerte corriente cultural tomó vuelo desde Loja y se regó por todos los ámbitos de la patria (Pío Jaramillo, Benjamín Carrión, Agustín Cueva S., Isidro Ayora C., Clodoveo Jaramillo, Felicísimo Rojas, Pablo Palacio, Manuel Agustín Aguirre, Eduardo Kingman, Salvador Bustamante, Segundo Cueva C., Alfredo Palacios, Alejandro Carrión y tantos otros), vivificando y enriqueciendo la cultura nacional.
Pienso que hemos madurado como región en estos últimos años: ya podemos analizar y reconocer nuestros ancestros sin resentimientos y sin rubor. Reconocer y aceptar orgullosos la poderosa herencia cultural indígena, que está en la base de nuestra cultura mestiza actual. La cultura de un pueblo no se edifica sobre la nada: mucho nos llegó desde Europa, es cierto: lenguaje, religión, parte de nuestra sangre; pero mucho -lo más fuerte – es vernáculo, autóctono, nuestro desde siempre. Entonces, sólo parte de nuestra cultura proviene de Europa (aquí había culturas sólidas y altamente desarrolladas, con una tradición de siglos: las andinas). Los materiales básicos de nuestra cultura, son mestizos.
Loja -como describe a Macondo García Márquez en Cien Años de Soledad-, estuvo ubicada junto a rutas de comercio permanentes: ´hasta ella llegaron, muy temprano aún, en la etapa de la conquista ibera, árabes y judíos que comerciaban de todo y todo lo transformaban en monedas de oro y plata´. Llegaron negros esclavos africanos para reemplazar a los indígenas que habían quedado exhaustos en las bocaminas y lavaderos de oro…; pero también llegaron, atraídos por su fabulosa riqueza biológica, insignes científicos-viajeros, que divulgaron por el mundo las bondades de su clima y su naturaleza excepcionales. Todo esto configura un mestizaje diferente, una cultura diferente y peculiar con todo lo que ella implica, “y que hoy, desde la región meridional, forma parte sustancial de la cultura nacional del Ecuador”, como dice Marco Placencia.
La lojana es una cultura con raíces y cimientos muy hondos. Loja forma parte de una de las regiones que mejor se conocen y saben a sí mismas, que cultiva su singular cultura con orgullo: buenos historiadores como Pío Jaramillo A., Alfonso Anda A., Hernán Gallardo M. y Galo Ramón hacen que nuestra historia regional sea una de las mejor estudiadas y conocidas. También abordaron temas históricos regionales las diestras y prolíficas plumas de Clodoveo Jaramillo A., el Cap. Luis F. Mora y Alejandro Carrión Aguirre.
Loja está circunscrita en un espacio geográfico en el que históricamente se han venido produciendo, extrayendo y comercializando productos de altísima demanda internacional, que mantienen precios siempre en alza. La circulación de estos productos, ya desde la Colonia temprana, generaba muchos circuitos comerciales y vinculaciones a lo largo y ancho del espacio regional, y la conectaban dinámicamente con la macroregión Norperuana–Surecuatoriana y con el mundo.
Lo que Loja le dio al Reino de Quito, a América y al mundo lo dio primero en oro (recuérdese que la investigadora ecuatoriana Maximina Navarro encuentra que sólo de Nambixa y durante el s. XVI, salieron con destino a las arcas reales y en calidad de quintos, 32.000 kilogramos de oro -32 toneladas-; más, hay calificados historiadores como Fernand Braudel que dice que en esa época “españoles y portugueses organizaron toda una vasta red que manejaba la exportación clandestina de metales preciosos”; de tal manera que, por las Cajas Reales, no pasaba más del 20 o 30% del oro realmente extraído. En su mejor momento, por Loja salía hacia Europa hasta el 40% de la riqueza que la Armada del Sur transportaba hacia España). Más tarde, Ss. XVII y XVIII, en ese producto casi milagroso que es la quina, la “corteza de Loja”, que ha permitido a la ciencia médica salvar millones de vidas afectadas por los terribles estragos de la malaria. Súmese a la riqueza antes mencionada los famosos mulares lojanos que, con los de Máncora en el Perú y los de Salta en Argentina, se cuentan entre los mejores del continente (esto, como analizaremos en otra oportunidad, tuvo, en ese momento histórico, una importancia capital).
Loja, entonces, ubicada estratégicamente en el centro de una gran región de abundancia, vivió, hasta finales del s. XVIII y ya iniciado el s. XIX, una época de auge económico que, por razones explicables, estuvo acompañada de un florecimiento cultural notable, que se ha prolongado en el tiempo y ha recibido el reconocimiento del país entero. Las letras y las artes del Sur, por lo mismo, siempre estuvieron vigentes en el concierto de la patria ecuatoriana.
Para una mejor comprensión del fenómeno cultural lojano, este puede ser dividido en tres épocas claramente diferenciadas: la primera cubriría todo el período colonial; la segunda, desde la Independencia hasta los inicios de la revolución liberal; y, la tercera -que puede ser considerada como la ´”edad de oro” de las letras y las artes en Loja-, abarcaría desde fines del s. XIX hasta la tercera década del s. XX, más o menos.
Refiriéndonos al primer período, recordemos que el Padre Juan de Velasco, ya en el s. XVIII, en su “Historia del Reino de Quito”, Tomo III, se expresa así: “Loja ha sido madre fecunda de sujetos ilustres. Dio no pocos al clero secular y regular, y particularmente a la Compañía en todos (los) tiempos. Los P. P. Ramón de Moncada y Diego de Ureña dieron gran esplendor a la recién nacida Universidad de San Gregorio Magno. El P. Alonso de Rojas fue oráculo de sabiduría y ejemplo de virtudes (a su elocuencia le correspondió la célebre oración fúnebre ante el cadáver de Mariana de Jesús, la azucena de Quito, de la que fue en vida su Director espiritual). El P. Simón de Rojas, que lo imitó en uno y otro, consumó su ancianidad con el apostolado del Marañón, donde le siguieron los P. P. Juan Colomo, Pedro Valdivieso y varios otros célebres en diversos tiempos (en la época a la que nos estamos refiriendo, toda la vida intelectual y social de las colonias giraba en torno a la Iglesia: los pintores y escultores más brillantes tenían que pintar y esculpir imágenes y bustos de santos; los arquitectos más reconocidos, debían erigir templos e inmensos conventos; los jóvenes de más vivo intelecto, en fin, tenían que entrar al servicio de la Iglesia desde cualquier posición social y profesional que ocuparan. Los conventos eran, por lo mismo y en ese momento histórico, los principales centros depositarios de la cultura y los clérigos, claro está, casi siempre los más doctos).
Hay un hecho trascendental que se produce en esta primera época del desarrollo de la cultura lojana: al despuntar el s. XVIII, los excedentes económicos generados por el indudable florecimiento económico de la región y acumulados en la forma de sólidas fortunas en manos de la aristocracia terrateniente y de grupos emergentes, como los altos funcionarios de la Corona y los grandes comerciantes, por ejemplo, van propiciando un clima cultural en el que surge un claro y feliz mecenazgo, orientado a impulsar el desarrollo de la educación, en sus dos niveles básicos. Así, en Agosto de 1.705, don Cristóbal González Hidalgo hace una considerable donación destinada a la fundación de un colegio en nuestra ciudad. Este hermoso proyecto solamente se pudo concretar en 1.727, cuando nuevas erogaciones hechas por los filántropos Dr. José Fausto de la Cueva y el P. Francisco Rodríguez permitieron la creación del “Colegio de Loxa”, que se convierte en la institución de cultura más antigua del país y, con seguridad, de las primeras de Sudamérica. Posteriormente, en 1.805, nuevas y cuantiosas donaciones hechas por don Bernardo Valdivieso y don Miguel Valdivieso, permitieron la consolidación del centenario colegio y de la escuela anexa al mismo, así como de un sistema educativo propio. El Colegio, desde Octubre de 1823 y como consecuencia de la visita a Loja del Libertador Simón Bolívar, quien dicto el Primer Reglamento y encargó al municipio el patronato de esta querida institución lojana, pasó a llamarse “San Bernardo”. Pronto, el año 2.027, el Colegio “Bernardo Valdivieso” cumplirá 300 años de creado.
El segundo momento de la periodización antes propuesta, cubre desde la Independencia hasta los inicios de la revolución liberal. Por limitaciones de espacio, y por tratarse de un período más conocido y mejor estudiado que el primero, concretémonos, en esta oportunidad, a solamente hacer una breve referencia de las personalidades y los hechos culturales de mayor trascendencia en esta etapa:
Producida la Independencia de esta parte del continente, luego de la Batalla de Ayacucho, el naciente Estado ecuatoriano requería de urgencia la presencia de intelectuales con talla de estadistas, de políticos inteligentes y sagaces, de juristas doctos que contribuyeran con sus luces a la formación de la República que emergía. En ese difícil momento histórico, dos ilustres lojanos, los doctores José Félix Valdivieso y José María Lequerica Riofrío estuvieron presentes al servicio de la patria que nacía: el primero, José Félix Valdivieso, destacó ya por sus brillantes intervenciones en la Convención de Ocaña, siempre secundando las justas posiciones del Libertador Bolívar. Después, ya sea como ministro de Flores, diputado constituyente en 1843 o como Jefe Supremo de la Sierra, siempre brilló por sus posiciones ponderadas y por sus vibrantes discursos, que le asignan un lugar preferente entre los oradores políticos de la joven República. Lequerica Riofrío, en cambio, fue primer Presidente de la Corte Superior de Guayaquil, creada por Decreto del Libertador Bolívar en diciembre de 1830; también fue miembro de la Corte Superior de Cuenca, desde su fundación, y Ministro de la Alta Corte de Justicia del Ecuador (actual Corte Nacional de Justicia). En 1830 representó a Loja en la Primera Asamblea Constituyente de Riobamba.
El doctor Miguel Riofrío P., sin lugar a dudas la figura más alta de las letras lojanas de la etapa de la República que estamos analizando, fue poeta, periodista, escritor, diplomático, orador, pedagogo, todo conjugado en un brillante intelectual que se convirtió en el animador y conductor espiritual de las promociones literarias de su tierra y en el más convencido y consecuente difusor de las avanzadas ideas liberales. Bardo excepcional, quien, a decir de Juan León Mera “hubiera sido el más alto poeta ecuatoriano, si la política no le hubiese absorbido tanto”. Autor de “La Emancipada”, considerada la primera novela ecuatoriana. Fundó, con el concurso de un formidable equipo de profesores de Nueva Granada el “Colegio de La Unión”, primer establecimiento particular y laico de la República, cuya fama atrajo a brillantes estudiantes de otras provincias ecuatorianas y de las vecinas Repúblicas de Perú y Colombia.
En 1855 don Juan José Peña trae a Loja, desde Lima, la primera imprenta (Alejandro Carrión A. dice que “la imprenta es para la inteligencia como el aire para la vida”), en la que, de inmediato, comienza a publicarse el primer periódico de esta región del país, La Federación- que poco más tarde se convertirá en el órgano oficial del Gobierno Federal de Loja-, y que produce una auténtica revolución literaria que hace surgir “una verdadera legión de poetas y prosistas del más alto nivel”, a decir del Dr. Pío Jaramillo. Se comienzan a publicar “las poesías de Ramón Samaniego y Sebastián Ordóñez, las prosas correctísimas de Toribio Mora, Manuel Alejandro Carrión, el autor de “Ecuatoriales”, José María Bermeo y Pablo Alvarado, Benigno Carrión, Francisco Arias, los hermanos Agustín y Manuel Alvarez, Luis F. Riofrío y Manuel Belizario Moreno”. Nuevos y nuevos equipos de impresión son importados por progresistas empresarios lojanos. Para 1893 el Colegio Bernardo Valdivieso cuenta también con una moderna imprenta. Se multiplica la publicación de periódicos, revistas (la primera revista dirigida y escrita por mujeres en este país, “Hojitas Blanquinegras”, circula en Loja a fines del s. XIX) y comienzan a editarse las primeras novelas lojanas.
Hay estudiosos del fenómeno cultural lojano que consideran que tal vez el periodismo deba ser considerado, en el primer siglo de República, como la manifestación intelectual ejercida con más fuerza y brillantez por los escritores de esta provincia del país. Destacan en esta actividad, entre otros, lojanos de la talla de Vicente Paz , proclamado como el “Decano de la prensa nacional”, Miguel Riofrío, Toribio Mora, Manuel Benigno Cueva B., Eliceo Paz, Sebastián Ordóñez, Samuel Jiménez, Francisco Arias (Vicepresidente en la administración de Veintimilla), Roberto Aguirre…
Al referirnos al tercer período propuesto (desde las dos últimas décadas del s. XIX hasta la tercera del s. XX), si bien es cierto que, desde que se consolida la República, el centro de gravedad de la cultura ecuatoriana ha estado pendulando entre los dos grandes polos regionales: Quito y Guayaquil; sin lugar a dudas, la presencia cultural de Loja ha sido tan fuerte que no ha podido desestimarse ni soslayarse. La música y la novela lojanas, por ejemplo, siempre fueron y son un necesario y obligado referente en el contexto del país.
Ya en el siglo XX, una fuerte corriente cultural tomó vuelo desde Loja y se regó por todos los ámbitos de la patria (Pío Jaramillo, Benjamín Carrión, Agustín Cueva S., Isidro Ayora C., Clodoveo Jaramillo, Felicísimo Rojas, Pablo Palacio, Manuel Agustín Aguirre, Eduardo Kingman, Salvador Bustamante, Segundo Cueva C., Alfredo Palacios, Alejandro Carrión y tantos otros), vivificando y enriqueciendo la cultura nacional.
Pienso que hemos madurado como región en estos últimos años: ya podemos analizar y reconocer nuestros ancestros sin resentimientos y sin rubor. Reconocer y aceptar orgullosos la poderosa herencia cultural indígena, que está en la base de nuestra cultura mestiza actual. La cultura de un pueblo no se edifica sobre la nada: mucho nos llegó desde Europa, es cierto: lenguaje, religión, parte de nuestra sangre; pero mucho -lo más fuerte – es vernáculo, autóctono, nuestro desde siempre. Entonces, sólo parte de nuestra cultura proviene de Europa (aquí había culturas sólidas y altamente desarrolladas, con una tradición de siglos: las andinas). Los materiales básicos de nuestra cultura, son mestizos.
Loja -como describe a Macondo García Márquez en Cien Años de Soledad-, estuvo ubicada junto a rutas de comercio permanentes: ´hasta ella llegaron, muy temprano aún, en la etapa de la conquista ibera, árabes y judíos que comerciaban de todo y todo lo transformaban en monedas de oro y plata´. Llegaron negros esclavos africanos para reemplazar a los indígenas que habían quedado exhaustos en las bocaminas y lavaderos de oro…; pero también llegaron, atraídos por su fabulosa riqueza biológica, insignes científicos-viajeros, que divulgaron por el mundo las bondades de su clima y su naturaleza excepcionales. Todo esto configura un mestizaje diferente, una cultura diferente y peculiar con todo lo que ella implica, “y que hoy, desde la región meridional, forma parte sustancial de la cultura nacional del Ecuador”, como dice Marco Placencia.
martes, 25 de noviembre de 2014
Diálogos Judiciales en el Sistema Interamericano de Garantía de los Derechos Humanos
El Departamento de Derecho de la Universitat Pompeu Fabra, la Suprema Corte de Justicia de la Nación de México y la Corte Interamericana de Derechos Humanos organizan y convocan el Congreso Diálogos Judiciales en el Sistema Interamericano de Garantía de los Derechos Humanos. Las conferencias tendrán lugar en la sede Ciutadella de la Universitat Pompeu Fabra de Barcelona, durante los días 25, 26 y 27 de febrero de 2015.
En el Congreso participarán jueces de los Tribunales Constitucionales y Supremos de los Estados del continente americano, de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y del Tribunal Europeo de Derechos Humanos, miembros de Organizaciones No Gubernamentales, investigadores, estudiantes y usuarios del sistema interamericano de los derechos humanos. Será un escenario de encuentro para discutir sobre las transformaciones y retos de la garantía judicial de los derechos humanos en el continente americano.
En el Congreso se debatirá la forma cómo se ha entablado el diálogo judicial entre los niveles nacional e interamericano, concretamente sobre los mecanismos de interpretación conforme y el control de convencionalidad, los problemas que han surgido y, finalmente, se propondrán mejoras para fortalecerlo y mejorarlo.
Los principales temas del Congreso serán el diálogo entre tribunales nacionales y los tribunales internacionales, el futuro de la protección multinivel de los derechos en el continente americano y el papel de los jueces nacionales en contextos de pluralismo constitucional.
El evento se desarrollará en tres días, celebrándose sesiones plenarias y sesiones de grupo. En las sesiones plenarias se reunirán todos los asistentes: se expondrán ponencias y se dejará espacio para el debate entre todos. Los asistentes, en cambio, decidirán libremente su participación en las sesiones de grupo. Se trata de reuniones de dimensiones más reducidas que permiten un debate más intenso y próximo sobre las cuestiones que se planteen, a manera de lanzamiento del debate, por parte de los ponentes. Las sesiones se organizarán de tal manera que se garantiza la visión de un juez de la CoIDH y de un juez nacional. También, se contará con la presencia de académicos o investigadores de prestigio en el campo de la protección de los derechos humanos en el continente americano y en Europa.
El evento se desarrollará en tres días, celebrándose sesiones plenarias y sesiones de grupo. En las sesiones plenarias se reunirán todos los asistentes: se expondrán ponencias y se dejará espacio para el debate entre todos. Los asistentes, en cambio, decidirán libremente su participación en las sesiones de grupo. Se trata de reuniones de dimensiones más reducidas que permiten un debate más intenso y próximo sobre las cuestiones que se planteen, a manera de lanzamiento del debate, por parte de los ponentes. Las sesiones se organizarán de tal manera que se garantiza la visión de un juez de la CoIDH y de un juez nacional. También, se contará con la presencia de académicos o investigadores de prestigio en el campo de la protección de los derechos humanos en el continente americano y en Europa.
Los grupos de trabajo temáticos serán sobre los siguientes temas: interculturalidad, migrantes, libertad de expresión, personas en situación de discapacidad, independencia judicial, derechos políticos, derechos sexuales y reproductivos y derechos económicos, sociales y culturales.
Para más información aquí.
miércoles, 12 de noviembre de 2014
Argumentación Jurídica. Fisonomía desde una óptica forense
Un interesante libro, lo pueden leer completo aquí.
TERCERAS JORNADAS INTERNACIONALES DE FILOSOFÍA DEL DERECHO
TERCERAS JORNADAS INTERNACIONALES DE FILOSOFÍA DEL DERECHO
10,11 Y12 de Noviembre de 2014, 9:00 hrs.
Dirigido a todo público interesado. Acceso gratuito.
10,11 Y12 de Noviembre de 2014, 9:00 hrs.
Dirigido a todo público interesado. Acceso gratuito.
Inauguración Auditorio Héctor Fix-ZamudioConferencia PlenariaLarry Laudan
Sesiones de Trabajo
PRIMER FORO DE EPISTEMOLOGÍA JURÍDICA APLICADA
Moderador: Enrique Cáceres.
Larry Laudan (Inglaterra)
Burkhard Schafer (Escocia).
"Computational copyright law and the epistemology of
fictional objects”Carlos de Miranda (España).
"Juicio de hecho, convicción judicial y estándares de
prueba: una visión heterodoxa".
Enrique Cáceres (México).Josefa Ruiz Resa (España)
FORO DE ARGUMENTACIÓN JURÍDICA“Aula 1 y 2. Instituto de Investigaciones Filosóficas”.
Burkhard Schafer (Escocia).
"Computational copyright law and the epistemology of
fictional objects”Carlos de Miranda (España).
"Juicio de hecho, convicción judicial y estándares de
prueba: una visión heterodoxa".
Enrique Cáceres (México).Josefa Ruiz Resa (España)
FORO DE ARGUMENTACIÓN JURÍDICA“Aula 1 y 2. Instituto de Investigaciones Filosóficas”.
Moderador: Jorge Ulises Carmona.
Alejandro Nava (México) "¿Qué es la ponderación?".Jorge Ulises Carmona (México)
Jaime Cárdenas (México).
"La argumentación de última instancia y las posibilidades de su
revisión social".Serafín Ortiz.Patricia López Olvera (México).“Argumentación jurídica y práctica judicial en México”
FORO DE TEORIA JURÍDICA CONTEMPORANEA“Aula 1 y 2. Instituto de Investigaciones Filosóficas”.
Jaime Cárdenas (México).
"La argumentación de última instancia y las posibilidades de su
revisión social".Serafín Ortiz.Patricia López Olvera (México).“Argumentación jurídica y práctica judicial en México”
FORO DE TEORIA JURÍDICA CONTEMPORANEA“Aula 1 y 2. Instituto de Investigaciones Filosóficas”.
Moderador: Imer B. Flores
Gabino Vázquez Robles."Sobre la fundamentalidad de los conceptos jurídicos
fundamentales".Andrés Botero (Colombia).
"La leyenda negra del realismo judicial: ¿los jueces son los
únicos actores del derecho?".Imer Flores (México)
"El giro normativo y los matrimonios de personas del mismo sexo".Adrian Rentería (Italia-VC)Antonio Picatto.
"Las dimensiones interna y externa de la crítica jurídica".
PROGRAMA DE ACATLÁN. Auditorio Edificio de Posgrado
fundamentales".Andrés Botero (Colombia).
"La leyenda negra del realismo judicial: ¿los jueces son los
únicos actores del derecho?".Imer Flores (México)
"El giro normativo y los matrimonios de personas del mismo sexo".Adrian Rentería (Italia-VC)Antonio Picatto.
"Las dimensiones interna y externa de la crítica jurídica".
PROGRAMA DE ACATLÁN. Auditorio Edificio de Posgrado
Moderador: Dante López Medrano
Argumentación: Thomas Bustamante.
Epistemología: Noé Adolfo Riande JuárezTeoría Jurídica Contemporánea: Jorge Fabra, Jacobo Domínguez Gudini.
Lógica Jurídica: Lawrence Flores
11 DE NOVIEMBRE
Conferencia Plenaria: Verónica Rodríguez de Keller.
"Convención y
Normatividad: Una Visión Escéptica".(Auditorio Floris Margadant)
Presentación de la Enciclopedia de Filosofía del Derecho.(Auditorio Floris Margadant)
Verónica Rodríguez
-Jorge Fabra
-Enrique Cáceres
2º. FORO EPISTEMOLOGÍA JURÍDICA APLICADA(Auditorio Floris Margadant)
Epistemología: Noé Adolfo Riande JuárezTeoría Jurídica Contemporánea: Jorge Fabra, Jacobo Domínguez Gudini.
Lógica Jurídica: Lawrence Flores
11 DE NOVIEMBRE
Conferencia Plenaria: Verónica Rodríguez de Keller.
"Convención y
Normatividad: Una Visión Escéptica".(Auditorio Floris Margadant)
Presentación de la Enciclopedia de Filosofía del Derecho.(Auditorio Floris Margadant)
Verónica Rodríguez
-Jorge Fabra
-Enrique Cáceres
2º. FORO EPISTEMOLOGÍA JURÍDICA APLICADA(Auditorio Floris Margadant)
Moderador: Patricia López Olvera
Enrique Cáceres Nieto
Patricia López Olvera (México).
“La competencia epistémica del Nuevo Código Nacional
de Procedimientos Penales”.Equipo de investigación 1: Epistemología del Derecho Administrativo
Equipo de investigación 2: Epistemología del Derecho de FamiliaEquipo de Investigación 3: Epistemología del Derecho Penal. Teresa DagueliGutiérrez
Guzmán y Miguel Alejandro Méndez Villagómez
2er. FORO DE TEORÍA JURÍDICA CONTEMPORANEA(Aula Felipe Sánchez Román). Inglés
Patricia López Olvera (México).
“La competencia epistémica del Nuevo Código Nacional
de Procedimientos Penales”.Equipo de investigación 1: Epistemología del Derecho Administrativo
Equipo de investigación 2: Epistemología del Derecho de FamiliaEquipo de Investigación 3: Epistemología del Derecho Penal. Teresa DagueliGutiérrez
Guzmán y Miguel Alejandro Méndez Villagómez
2er. FORO DE TEORÍA JURÍDICA CONTEMPORANEA(Aula Felipe Sánchez Román). Inglés
Moderador: Juan Vega Gómez
Verónica Rodríguez Blanco (Inglaterra)."Action in Law's Enpire: Judging in the
Deliberative Mood".Burkhard Schafer (Escocia).
“Philosophy of Information - foundation for a
new legal theory”Enrique Cáceres Nieto- Carlos Montemayor
“Pasos hacia una naturalización de la Filosofía
del Derecho. (México-EUA)Jorge Fabra (Colombia).
"Sobre la idea de derecho global".Thomas Bustamante (Brasil).
3er. FORO DE TEORIA JURÍDICA CONTEMPORANEA(Aula Felipe Sánchez Román).
Deliberative Mood".Burkhard Schafer (Escocia).
“Philosophy of Information - foundation for a
new legal theory”Enrique Cáceres Nieto- Carlos Montemayor
“Pasos hacia una naturalización de la Filosofía
del Derecho. (México-EUA)Jorge Fabra (Colombia).
"Sobre la idea de derecho global".Thomas Bustamante (Brasil).
3er. FORO DE TEORIA JURÍDICA CONTEMPORANEA(Aula Felipe Sánchez Román).
Moderador: José Ramón Narváez
Enrique Rodríguez Trujano.
"Objetividad jurídica en Hans Kelsen"
José Ramón Narváez.
Germán Sandoval (México).
“Descolonizar la libertad”.Sandra Gómora Juárez.
"Precedente: coherencia y progresividad".
PROGRAMA DE ARAGÓNArgumentación: Serafín Ortíz Ortíz.Epistemología: Carlos de Miranda.
Teoría Jurídica Contemporánea: Andrés Botero"Nociones generales de la exégesis".
Lógica Jurídica: Bernardo Gallegos
12 DE NOVIEMBRE
Conferencia Plenaria: Dr. Enrique Cáceres.
(Auditorio Fix-Zamudio)
1er. FORO DE LÓGICA JURÍDICA
"Objetividad jurídica en Hans Kelsen"
José Ramón Narváez.
Germán Sandoval (México).
“Descolonizar la libertad”.Sandra Gómora Juárez.
"Precedente: coherencia y progresividad".
PROGRAMA DE ARAGÓNArgumentación: Serafín Ortíz Ortíz.Epistemología: Carlos de Miranda.
Teoría Jurídica Contemporánea: Andrés Botero"Nociones generales de la exégesis".
Lógica Jurídica: Bernardo Gallegos
12 DE NOVIEMBRE
Conferencia Plenaria: Dr. Enrique Cáceres.
(Auditorio Fix-Zamudio)
1er. FORO DE LÓGICA JURÍDICA
Moderador: Lawrence Flores
Lawrece FloresErnesto Herrera Vignola
"Forma lógica y jerarquía normativa”.Bernardo Gallegos.
María Inés Pasos.
Hugo Sánchez (México).
"Argumentos regresivos y justificación jurídica”.Andrés Mansilla.
Rafael Hernández Marín (España-VC).
CONCLUSIONES Y CLAUSURA
"Forma lógica y jerarquía normativa”.Bernardo Gallegos.
María Inés Pasos.
Hugo Sánchez (México).
"Argumentos regresivos y justificación jurídica”.Andrés Mansilla.
Rafael Hernández Marín (España-VC).
CONCLUSIONES Y CLAUSURA
Transformaciones en la docencia y el aprendizaje del Derecho.
Un libro muy interesante en el que constan las diferentes ponencias del Quinto Congreso Nacional de Docencia en Ciencias Jurídicas que se llevó a cabo en Valencia del 11-13 de septiembre de 2013. Para leerlo completo al texto, aquí.
lunes, 6 de octubre de 2014
Programa de Gobierno 2013 - 2017
Recomendamos a nuestros lectores analizar críticamente el programa de Gobierno actual 2013 - 2017 con el objeto de revisar si se están cumpliendo sus expectativas. Para leer el archivo completo aquí.
viernes, 3 de octubre de 2014
Eichmann en Jerusalén
jueves, 2 de octubre de 2014
Sobre las guerras
En
este año 2014 se recuerda el centenario del doloroso acontecimiento histórico
de la primera guerra mundial (1914-1918). Como se sabe, todo recuerdo histórico
debería servir para aprender de él si existieron aspectos positivos y dejar a
un lado (para que no se vuelvan a repetir) los aspectos negativos. Pero al
parecer el espíritu hobbsiano (hommo
homini lupus- el hombre es un lobo para el hombre) y cartesiano (cogito ergo sum - pienso luego existo) que
aparentan tener algunas personas o naciones, sea por intereses económicos,
políticos, religiosos, culturales etc., hace que la historia perversa de las
guerras se vuelva a repetir una y otra vez, aunque en la actualidad maquillada
no como una “gran guerra” mundial, sino en mini guerras que a la postre
unificadas son más cruentas y perversas.
Hagamos
un poco de historia. Desde el año 3600 antes de Cristo hasta hoy (estamos
hablando de 5600 años) hubieron solamente 292 años de paz, el 95% del tiempo
hemos estado en guerras. En el siglo XX las guerras dejaron 160 millones de
muertos. Hasta 1970 los civiles que morían en una guerra era el 73% de los
muertos, en 1980 fue el 85% y para el año 2000 el 90% de civiles muertos. Esto
nos hace pensar que la tecnología hace que los militares estén más protegidos y
los civiles más desprotegidos.
Si
miramos el siglo XX creemos que existieron dos grandes guerras (la primera y la
segunda guerra mundial), pero si indagamos el siglo XX de forma minuciosa nos
damos cuenta que existieron aproximadamente cincuenta guerras, en 1904 inicia
la guerra ruso-japonesa, luego la guerra de Corea, la guerra de Vietnam, la
guerra de los seis días, la guerra de
los Balcanes, la guerra civil China, la guerra entre Colombia y Perú, la guerra
del Chaco, la guerra civil española, la guerra peruano – ecuatoriana, la
segunda guerra chino – japonesa, la Guerra Fría, la primera guerra árabe –
israelí en 1948, la guerra de Argelia, la primera guerra civil Sudanesa de 1955
a 1972, la guerra de Suez en 1956, la Crisis del Congo, la guerra de Guatemala,
el conflicto armado colombiano que comienza en 1964, la guerra Cristera de
México en 1926, la guerra de Yom Kipur, la guerra de Afganistán, de Irak, la
guerra de El Salvador, la guerra de las Malvinas, la guerra Croata de
independencia, la guerra Bosnia, la guerra de Kosobo, la Chechena, la del Congo,
entre otras. Es decir el siglo XX es un siglo sangriento.
Una
vez terminada la segunda guerra mundial el 28 de junio de 1919 se creó la
“Sociedad de las Naciones”, organismo internacional que tenía como objetivo
establecer las bases para la paz y procurar que no vuelva a repetirse otra
guerra mundial, sin embargo en 1939
llegó la segunda guerra mundial demostrando esto el fracaso de dicho
organismo; se disuelve la Liga de Naciones al finalizar la segunda guerra y se
crea la Organización de Naciones Unidas (ONU) el 24 de octubre de 1945, cuyo
objetivo es procurar la paz y la
seguridad internacional. Hay que tomar en cuenta que la mayoría de las guerras
que hemos mencionado se produjeron después de la segunda guerra mundial, lo que
demuestra que hasta el día de hoy Naciones Unidas no puede hacer nada frente a
esta problemática.
Por
otro lado en el mismo siglo XX existieron revoluciones proclives a la guerra
como son: la revolución mexicana, la revolución rusa, la revolución de
noviembre en Alemania, la revolución cubana, la revolución Sandinista, la
revolución rumana, el genocidio armenio, el genocidio camboyano, el genocidio
ruandés, el genocidio congoleño, el genocidio stalinista, Stalin por ejemplo
liquidó etnias enteras.
Pero
qué hacer frente a tanta violencia donde niños, jóvenes, ancianos, mujeres,
etc., padecen en las guerras que se han producido en lo que va del siglo XXI,
mientras nosotros aparentamos estar en paz. Lo primero que debemos hacer es una
metanoia, es decir un cambio de
mentalidad, un cambio profundo de corazón, un cambio que venga desde adentro,
desde la persona, un cambio espiritual. No podemos curar algo quitando los síntomas, con calmantes uno sólo
disfraza la realidad. En general los organismos internacionales han fracasado,
porque quieren calmar el síntoma (la ONU sólo está calmando los síntomas) pero
no el corazón del hombre. La guerra es un síntoma, la raíz está en el corazón
del hombre y si la raíz está en el corazón hay que cambiar el corazón, la parte
interior de la persona. Alguien dijo un día bienaventurados los pacificadores
porque ellos serán llamados hijos de Dios, aquellos a quienes Jesucristo (o
como quieran llamarlo) ha transformado el corazón son los verdaderamente
pacificadores. Al espíritu hobbsiano,
como decíamos al principio, o cartesiano hay que transformarlo (metanoia) por
el agustiniano (ama et quod vis fac – ama y haz lo que quieras) y por el “soy amado
luego existo”, es decir no es primero el “yo pienso”; primero es el “tu y yo
nos queremos”. Si hay algún “yo pienso” que no sea un humano “yo te quiero”
puede terminar siendo un “yo pienso contra ti”. Nada logra nada importante
reteniendo, sino compartiendo, amando, pues sólo se posee lo que se regala. ¡Qué
gran reto de todos y de la ONU también!
lunes, 29 de septiembre de 2014
LA DEMOCRACIA en América Latina. Hacia una democracia de ciudadanas y ciudadanos
Un importante informe que fue publicado por el Programa de las Naciones Unidas Para el Desarrollo (PNUD), lo pueden leer completo aquí.
En el informe existe este sugerente artículo de Guillermo O’Donnell ACERCA DEL ESTADO EN AMÉRICA LATINA CONTEMPORÁNEA. DIEZ TESIS PARA DISCUSIÓN, para leer este artículo aquí.
viernes, 26 de septiembre de 2014
Gaza en crisis Reflexiones sobre la guerra de Israel contra los palestinos
Un libro muy interesante en el que Ilan Pappé y Noam Chomsky reflexionan sobre la realidad cruda que vive Palestina. Para leer el texto aquí.
jueves, 25 de septiembre de 2014
Humo de buen derecho y casos difíciles
- Señor, quiero tomar un café mientras leo el diario.
- Claro, señor: tome asiento en cualquiera de estas mesas libres.
- Pero es que yo fumo.
- Ah, en ese caso tendrá que sentarse en las mesas exteriores, porque, como usted sabe, está prohibido fumar dentro del local.
- Es que afuera hay sólo dos mesas, y están ocupadas.
- Nada puedo hacer, señor. Esos fumadores llegaron antes que usted.
- No me parece suficiente razón. Esas personas están abusando de su prioridad, porque ninguna de ellas fuma. Deberían estar sentados adentro y dejar esos lugares libres para la gente como yo.
- Vamos a ver. Señor, usted que está sentado en una de las mesas exteriores, ¿fuma?
- Sí.
- Pero no está fumando ahora, ¿no?
- Es cierto. ¿A usted le gusta el buen vino?
- Sí.
- Pero no está bebiendo ahora, ¿verdad?
- Es que esta mesa es para fumar. Usted debería estar adentro.
- No, señor; en estas mesas está permitido fumar, pero no es obligatorio. Yo soy fumador y me gusta poder fumar cuando quiero. Sólo que en este preciso momento no quiero.
- Entonces, ¿por qué no va adentro?
- Porque adentro no tendría esta libertad. Y con esta discusión ya me están entrando ganas de fumar un cigarrillo, así que, si ustedes me disculpan, voy a hacer uso de mi derecho ahora mismo.
- Bien. Probemos entonces otra solución. Usted, señora, que seguramente ha oído lo que hablábamos en la mesa contigua, ¿es fumadora?
- No, jamás he fumado, pero no me molesta estar junto a alguien que fume. A cada uno su gusto.
- Si usted no fuma, ¿le molestaría trasladarse a una mesa interior?
- Sí, me molestaría. Estoy muy cómoda aquí, en un día fresco y soleado.
- Es que este lugar es para fumar.
- ¿Está discriminándome por no fumar? Aquel señor no estaba fumando, pero dijo que era fumador. ¿Y si yo también lo fuera? ¿O si, en este mismo momento, decidiera empezar a fumar? ¿Adquiriría el derecho de sentarme aquí al precio de dañar mi salud? ¿Me exigiría usted acreditar antigüedad o continuidad en el hábito, para excluir cualquier intento de simulación? Yo llegué antes: ¿este hombre va a expulsarme de aquí porque él tiene un vicio del que yo carezco? ¿Es eso legal? ¿Es eso justo?
*
Dice Manuel Atienza que hay casos fáciles, casos difíciles y casos trágicos. Un caso es fácil, dice, cuando "la subsunción de unos determinados hechos bajo una determinada regla no resulta controvertible a la luz de un sistema de principios"; en los casos difíciles "se da siempre una contraposición entre principios y valores"; en un caso trágico "no puede alcanzarse una solución que no vulnere un elemento esencial de un valor considerado como fundamental" (1).
Si la clasificación depende tan estrechamente de la concepción del derecho como un sistema compuesto ante todo por principios o valores (2), tal vez no pueda soslayarse la intensidad con la que cada conflicto golpee nuestra conciencia y, en ese contexto, la importancia que atribuyamos a los intereses en juego en la controversia concreta. Tal vez los casos trágicos sean los más difíciles, especialmente cuando involucran cuestiones de vida y de muerte. El supuesto de nuestro imaginario fumador no es de éstos, salvo en el largo plazo con el que amenaza la publicidad contra el tabaco. En sí mismo es un pequeño conflicto de la vida cotidiana, pero no deja por eso de ser difícil. ¿En qué consiste esa dificultad?
Sabemos que no está permitido fumar adentro y sí lo está afuera. Por supuesto, en ningún lado fumar es obligatorio. Tampoco se ha considerado jamás que declararse fumador fuera condición para ocupar un lugar donde fumar no estuviese prohibido. Pero bastan un poco de escasez y otro poco de intemperancia (que Ihering llamaría lucha por el derecho) para que el conflicto parezca difícil al trabajador gastronómico que, acaso imprudentemente, asumió la tarea de resolverlo. Un empeño extremadamente formalista podría proponer un censo de fumadores y obligar a los censados a llevar una identificación cosida a su ropa, que a la vez les asegurase prioridad en mesas exteriores, para proteger su derecho, pero se la restara en las interiores, para dar allí preferencia a quienes no fuman. Alguna vez, la obligación y la consecuencia de llevar distintivos o la prioridad
en los asientos del transporte colectivo alcanzaron el nivel de la tragedia. Claro que no se trataba allí de fumar o no fumar, sino de temas incomparablemente más graves.
Un caso difícil, al parecer, no es lo mismo que un caso complicado. Para los casos complicados están la atención, el análisis y la síntesis: un esfuerzo principalmente cognoscitivo. Para los difíciles, la cavilación, la preferencia y el compromiso: una decisión profundamente valorativa. A quien tenga que adquirir y aplicar un conocimiento podemos exigir — con mejor o peor éxito— capacidad para desentrañar lo que, allá en el fondo, es obvio. Pero ¿quién puede asumir abiertamente la función de valorar por otros? Los legisladores lo hacen, pero cuentan con la justificación (o con la coartada) de su representación comunitaria. Valoran en público, con efecto general y asumiendo responsabilidad política por sus disonancias más notorias. Los jueces lo hacen casi en privado, con alcance limitado primariamente a las partes y sin consultar más que su conciencia (3).
Tal vez aquí resida la diferencia postulada entre casos fáciles y casos difíciles: en el afán de asimilarlo todo a la actitud cognoscitiva y de atribuir las vacilaciones entre preferencias opuestas a alguna clase de oscuridad metodológica pasible de ser resuelta erga omnes. ¿Vida del embrión o libertad de la mujer embarazada? ¿Privacidad o derecho público a la información? ¿Irretroactividad de la ley penal o consagración de una impunidad largamente impuesta? ¿Soberanía del electorado o depuración moral de los candidatos electos? ¿Protección del trabajador o competitividad de las empresas? Mientras todos, juristas o mozos de café, buscamos la respuesta correcta a los casos difíciles, vemos cómo el buen derecho (aquel que todos podamos entender y acatar más allá de nuestras apetencias personales) se nos hace humo, como el cigarrillo del aspirante a parroquiano. Y, convertidos en modernas pitonisas, tratamos de distinguir entre sus volutas alguna críptica señal de los dioses.
- Claro, señor: tome asiento en cualquiera de estas mesas libres.
- Pero es que yo fumo.
- Ah, en ese caso tendrá que sentarse en las mesas exteriores, porque, como usted sabe, está prohibido fumar dentro del local.
- Es que afuera hay sólo dos mesas, y están ocupadas.
- Nada puedo hacer, señor. Esos fumadores llegaron antes que usted.
- No me parece suficiente razón. Esas personas están abusando de su prioridad, porque ninguna de ellas fuma. Deberían estar sentados adentro y dejar esos lugares libres para la gente como yo.
- Vamos a ver. Señor, usted que está sentado en una de las mesas exteriores, ¿fuma?
- Sí.
- Pero no está fumando ahora, ¿no?
- Es cierto. ¿A usted le gusta el buen vino?
- Sí.
- Pero no está bebiendo ahora, ¿verdad?
- Es que esta mesa es para fumar. Usted debería estar adentro.
- No, señor; en estas mesas está permitido fumar, pero no es obligatorio. Yo soy fumador y me gusta poder fumar cuando quiero. Sólo que en este preciso momento no quiero.
- Entonces, ¿por qué no va adentro?
- Porque adentro no tendría esta libertad. Y con esta discusión ya me están entrando ganas de fumar un cigarrillo, así que, si ustedes me disculpan, voy a hacer uso de mi derecho ahora mismo.
- Bien. Probemos entonces otra solución. Usted, señora, que seguramente ha oído lo que hablábamos en la mesa contigua, ¿es fumadora?
- No, jamás he fumado, pero no me molesta estar junto a alguien que fume. A cada uno su gusto.
- Si usted no fuma, ¿le molestaría trasladarse a una mesa interior?
- Sí, me molestaría. Estoy muy cómoda aquí, en un día fresco y soleado.
- Es que este lugar es para fumar.
- ¿Está discriminándome por no fumar? Aquel señor no estaba fumando, pero dijo que era fumador. ¿Y si yo también lo fuera? ¿O si, en este mismo momento, decidiera empezar a fumar? ¿Adquiriría el derecho de sentarme aquí al precio de dañar mi salud? ¿Me exigiría usted acreditar antigüedad o continuidad en el hábito, para excluir cualquier intento de simulación? Yo llegué antes: ¿este hombre va a expulsarme de aquí porque él tiene un vicio del que yo carezco? ¿Es eso legal? ¿Es eso justo?
*
Dice Manuel Atienza que hay casos fáciles, casos difíciles y casos trágicos. Un caso es fácil, dice, cuando "la subsunción de unos determinados hechos bajo una determinada regla no resulta controvertible a la luz de un sistema de principios"; en los casos difíciles "se da siempre una contraposición entre principios y valores"; en un caso trágico "no puede alcanzarse una solución que no vulnere un elemento esencial de un valor considerado como fundamental" (1).
Si la clasificación depende tan estrechamente de la concepción del derecho como un sistema compuesto ante todo por principios o valores (2), tal vez no pueda soslayarse la intensidad con la que cada conflicto golpee nuestra conciencia y, en ese contexto, la importancia que atribuyamos a los intereses en juego en la controversia concreta. Tal vez los casos trágicos sean los más difíciles, especialmente cuando involucran cuestiones de vida y de muerte. El supuesto de nuestro imaginario fumador no es de éstos, salvo en el largo plazo con el que amenaza la publicidad contra el tabaco. En sí mismo es un pequeño conflicto de la vida cotidiana, pero no deja por eso de ser difícil. ¿En qué consiste esa dificultad?
Sabemos que no está permitido fumar adentro y sí lo está afuera. Por supuesto, en ningún lado fumar es obligatorio. Tampoco se ha considerado jamás que declararse fumador fuera condición para ocupar un lugar donde fumar no estuviese prohibido. Pero bastan un poco de escasez y otro poco de intemperancia (que Ihering llamaría lucha por el derecho) para que el conflicto parezca difícil al trabajador gastronómico que, acaso imprudentemente, asumió la tarea de resolverlo. Un empeño extremadamente formalista podría proponer un censo de fumadores y obligar a los censados a llevar una identificación cosida a su ropa, que a la vez les asegurase prioridad en mesas exteriores, para proteger su derecho, pero se la restara en las interiores, para dar allí preferencia a quienes no fuman. Alguna vez, la obligación y la consecuencia de llevar distintivos o la prioridad
en los asientos del transporte colectivo alcanzaron el nivel de la tragedia. Claro que no se trataba allí de fumar o no fumar, sino de temas incomparablemente más graves.
Un caso difícil, al parecer, no es lo mismo que un caso complicado. Para los casos complicados están la atención, el análisis y la síntesis: un esfuerzo principalmente cognoscitivo. Para los difíciles, la cavilación, la preferencia y el compromiso: una decisión profundamente valorativa. A quien tenga que adquirir y aplicar un conocimiento podemos exigir — con mejor o peor éxito— capacidad para desentrañar lo que, allá en el fondo, es obvio. Pero ¿quién puede asumir abiertamente la función de valorar por otros? Los legisladores lo hacen, pero cuentan con la justificación (o con la coartada) de su representación comunitaria. Valoran en público, con efecto general y asumiendo responsabilidad política por sus disonancias más notorias. Los jueces lo hacen casi en privado, con alcance limitado primariamente a las partes y sin consultar más que su conciencia (3).
Tal vez aquí resida la diferencia postulada entre casos fáciles y casos difíciles: en el afán de asimilarlo todo a la actitud cognoscitiva y de atribuir las vacilaciones entre preferencias opuestas a alguna clase de oscuridad metodológica pasible de ser resuelta erga omnes. ¿Vida del embrión o libertad de la mujer embarazada? ¿Privacidad o derecho público a la información? ¿Irretroactividad de la ley penal o consagración de una impunidad largamente impuesta? ¿Soberanía del electorado o depuración moral de los candidatos electos? ¿Protección del trabajador o competitividad de las empresas? Mientras todos, juristas o mozos de café, buscamos la respuesta correcta a los casos difíciles, vemos cómo el buen derecho (aquel que todos podamos entender y acatar más allá de nuestras apetencias personales) se nos hace humo, como el cigarrillo del aspirante a parroquiano. Y, convertidos en modernas pitonisas, tratamos de distinguir entre sus volutas alguna críptica señal de los dioses.
(1) ATIENZA, Manuel, "Constitucionalidad y decisión
judicial", en Isonomía 6, México, 1997, p. 7.
(2) Un profundo análisis del concepto de casos difíciles puede consultarse en NAVARRO, Pablo E., "Sistema jurídico, casos difíciles y conocimiento del derecho", en Doxa 14, Alicante, 1993, p. 243.
(3) En este tema, la ley, la jurisprudencia y la doctrina no hacen otra cosa que exhibir propuestas: si sólo se tratara de acatarlas, la decisión no sería valorativa.
(2) Un profundo análisis del concepto de casos difíciles puede consultarse en NAVARRO, Pablo E., "Sistema jurídico, casos difíciles y conocimiento del derecho", en Doxa 14, Alicante, 1993, p. 243.
(3) En este tema, la ley, la jurisprudencia y la doctrina no hacen otra cosa que exhibir propuestas: si sólo se tratara de acatarlas, la decisión no sería valorativa.
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