viernes, 26 de marzo de 2010

Gianni Vattimo dictará una conferencia en la Andina



En el marco de las Conferencias del Bicentenario, el célebre filósofo italiano, Gianni Vattimo, uno de los más representativos del pensamiento postmoderno, vendrá a la Universidad Andina Simón Bolívar para dictar la conferencia “América Latina como futuro de la nueva Europa”.

La intervención del profesor Vattimo girará en torno a mostrar que la Unión Europea puede devenir un sujeto autónomo frente a los Estados Unidos y a los nuevos poderes de China e India sólo si desarrolla una conexión más intensa con Latinoamérica y con sus experiencias de democracia más avanzada.

Profesor Gianni Vattimo, doctor en Filosofía por la Universidad de Turín y la Universidad de Heildelberg. Fue discípulo de Hans-Georg Gadamer. En 1964 comenzó la docencia de estética en la Facolta di Lettere e Filosofia de Turín, de la que fue su decano. Su actividad filosófica está claramente influencia por los planteamientos de Nietzsche y Heidegger, autor este último que ha traducido al italiano. Ha sido profesor visitante de las Universidades norteamericanas de Yale, Los Angeles, New York University y State University de Nueva York. Doctor ‘honoris causa’ de las Universidades argentinas de Palermo y La Plata y vicepresidente de la Academia de la Latinidade. Colaborador de diversos diarios italianos, entre ellos La Stampa y L Unita. Actualmente es miembro del Parlamento Europeo.

Entre sus obras traducidas al español constan: Las aventuras de la diferencia. Pensar después de Nietzsche y Heidegger, Ed. Península, Barcelona, 1986; El pensamiento débil (con Rovatti, Pier Aldo, eds.), Ed. Cátedra, Madrid, 1988; El sujeto y la máscara, Península, Barcelona, 1989; En torno a la postmodernidad (con otros), Antropos, Barcelona, 1990; La sociedad transparente, Paidós, Barcelona, 1990; Ética de la interpretación, Paidós, Barcelona, 1991; El fin de la modernidad, Planeta-Agostini, Barcelona, 1993; Introducción a Heidegger, Gedisa, Barcelona, 1995; Creer que se cree, Paidós, Barcelona, 1996; Más allá de la interpretación, Paidós, Barcelona, 1996; La secularización de la filosofía. Hermenéutica y posmodernidad (comp.), Gedisa, Barcelona, 1998; Filosofía y poesía: dos aproximaciones a la verdad, Gedisa, Barcelona, 1999; Diálogos con Nietzsche. Ensayos 1961-2000, Paidós, Barcelona, 2002.

Para más información ve aquí

¿Dictadura judicial?

3/25/2010 Publicado en diario El Comercio, el original ver aquí
Por Fabián Corral B.

La seguridad jurídica, la certeza bajo las leyes, la previsibilidad frente a las acciones del poder, han sido aspiraciones constantes de los ciudadanos. Son la razón de ser y la justificación del Estado de Derecho, que, en buena medida, radica en la aspiración de que la ley sea un instrumento para alcanzar un mínimo de tranquilidad respecto de las libertades, los derechos y el patrimonio. Sin embargo, ahora parecen amenazadas esas aspiraciones y derogadas esas opciones. Una visión distinta del poder, y una apreciación instrumental de la Constitución son el escenario que se advierte.

1.- El endiosamiento de los “principios”.- Los principios/valores, como la justicia, la solidaridad, la igualdad, la equidad, la libertad deben ser recogidos por la Constitución y por las leyes, y por tanto, incorporadas a las reglas. Los principios y valores deben ser los factores de inspiración de los ordenamientos jurídicos. Los legisladores tienen la difícil tarea de identificar esos referentes, de reconocerlos en la sociedad y traducirlos en normas objetivas. Cuando eso no ocurre, cuando las reglas contradicen a los valores, se habla entonces de “leyes injustas”. Por ejemplo, si el sentimiento extendido de los ciudadanos apunta al respeto a la libertad de expresión, una ley que contradiga aquello podrá ser “legal”, es decir, formalmente válida, pero será injusta, ilegítima.

Los principios expresados por las leyes, son, en definitiva, los factores que emplea el juez para juzgar aplicándolos a cada caso concreto. Pero, si como ocurre actualmente bajo la inspiración del “neo constitucionalismo”, se admite que los jueces dejen de aplicar la ley y se remonten ellos solos a la búsqueda etérea de los principios, obviando las normas, tendremos la paradójica consecuencia de que la justicia sirva para determinaciones judiciales subjetivas e injustas; que las libertades se interpreten en beneficio del poder; que la equidad se convierta en la “ley del embudo”; que la propiedad y el patrimonio de la gente se transformen, por arte de interpretación abusiva, en “acumulación capitalista que hay que confiscar”, y así por el estilo. Imaginemos al juez del último cantón del Ecuador, aplicando las tesis aristotélicas, o las doctrinas de Francois Geny, en sus sentencias. Imaginemos a ese juez, respondiendo la pregunta que se hacía Kelsen ¿qué es la justicia?

2.- El infinito poder interpretativo de los jueces.- La tesis de moda es que las leyes positivas, las que leemos en el Registro Oficial, son, en principio, perversas, “productos burgueses”. La consecuencia de tal tesis es que el “Derecho es dúctil”, maleable, se diría líquido, acomodaticio a los sentimientos del juez, a las antipatías predominantes en el vecindario, a las consignas del primer gritón. Hablando de la interpretación constitucional, uno de los teóricos del neo constitucionalismo, ahora en boga en el país de los ciegos, dice que “ …esta doctrina sugiere a los intérpretes no practicar una interpretación fija, sino por el contrario, cambiar el significado del texto a la luz de las circunstancias (y, bien entendido, a la luz de sus sentimientos de justicia).” Es palabras llanas, se trata de la autorización para el subjetivismo absoluto, para la discrecionalidad ilimitada…y por qué no, para la más terrible corrupción, porque claro, no vivimos en Suiza, sino acá, y cada cual tiene su “agenda” y su concepto de justicia social, por ejemplo.

2.1.- Activismo judicial e intervencionismo judicial.- Más aún, ya se habla del llamado “activismo judicial”. El mismo teórico de marras dice que: “Esta doctrina sugiere a los jueces una interpretación tendencialmente libre de todo vínculo textual: en otras palabras, favorece la “libre creación” del derecho constitucional por parte de los jueces, con la finalidad de adaptar los valores constitucionales…” Y, en otra parte, dice que “un fuerte grado de intervencionismo judicial bien entendido es consustancial al modelo de Estado constitucional de derecho.” Es decir, al modelo impuesto en la Constitución del 2008. Preparémonos, pues, para el “activismo político” de los jueces y para el consiguiente intervencionismo de los tribunales.

Todo esto me recuerda a la escuela del “Derecho libre”, y de la “justicia sin Derecho”, que sirvió de maravilla al fascismo y al nacionalsocialismo, en su afán de diluir las instituciones jurídicas italianas y alemanas e imponer las ideologías dominantes. También en aquellos tiempos se argumentaba que los jueces deben obrar no conforme a la Ley sino a los “sentimientos predominantes del pueblo”, que resultaron ser, como era obvio, las consignas de las dictaduras. “El juez nazi, al dictar sentencia tiene que actuar de acuerdo con los principios generales de la concepción nacional socialista del mundo. En la aplicación del Derecho Penal, por ejemplo, puede castigar a un hombre si el “sentimiento sano del pueblo” exige su castigo”
3.- El triunfo del poder sobre los derechos.- Por bien inspirados que pudieren estar los teóricos del neo constitucionalismo, lo que está resultando en la práctica de la aplicación de sus tesis, es el fortalecimiento y el blindaje del poder. Paradójico ciertamente, porque se supone que desde la vigencia de la Constitución del 2008, y a la luz de la novísima teoría, vivimos la plenitud del garantismo. De las sentencias que van expidiendo en las acciones de protección, salvo puntuales excepciones, la conclusión es desoladora: en los asuntos importantes, la intimidación, el susto a contradecir al poder, el miedo y con frecuencia, el paladino desconocimiento del Derecho y de la Ciencia Política marcan a muchos fallos.

Más aún, los legisladores han obrado en la misma dirección, coartando los derechos declarados y los principios proclamados en la Constitución, por ejemplo, en la Ley Orgánica de Garantías y Control Constitucional.

Creo que estamos asistiendo al nacimiento de un nuevo poder -el poder interpretativo de la Constitución- que se perfila con un peligroso adversario de los derechos y de las libertades.

Iniciamos tiempos de incertidumbre porque nuestros destinos estarán cada vez más en manos del activismo judicial y de la casuística incierta que marcarán las políticas públicas y la “nueva moralidad” que está escrita en la Constitución. Hay que advertir que tan peligrosa como la “ley injusta” es la sentencia abusiva, discrecional o “ideológica”. Que tan negativo es el absolutismo del legislador como el imperio autoritario de los jueces. La justicia está siempre anclada al equilibrio y a la certeza.

miércoles, 24 de marzo de 2010

El estado discrecional

3/11/2010 Publicado en Diario el Comericio. Original ver aquí
Por Fabián Corral B.

La lectura crítica de la Constitución y de las teorías que la inspiraron -el “neoconstitucionalismo”- genera algunas preocupaciones que deben resolverse dejando de lado la retórica seudo académica, que más que esclarecer los temas, parece dirigida a esconder las verdaderas intenciones de un modelo cuyos resultados prontamente advertidos enfilan claramente hacia el fortalecimiento del poder, y no a plasmar las garantías de los derechos fundamentales.

1.- La crítica de la legalidad.- Uno de los temas que caminan tras el discurso “garantista” es la demolición de la legalidad. La Ley, a cuyo amparo se habían habituado, mal o bien, a vivir los miembros de la comunidad, ahora casi no tiene importancia. Más aún, es una especie de “pecado positivista” del que hay que redimirle a la sociedad. Los teóricos, y otros tantos noveleros, enfilan contra la Ley toda suerte de críticas y le atribuyen casi todas las tragedias. En su lugar, aparecen con aire de inocencia revolucionaria, los “principios”, pero entendidos como vaporosos factores filosóficos, sociológicos o políticos, que suplantan a las normas, que desplazan a la certeza de las reglas e inauguran el subjetivismo de las autoridades y de los jueces, encargados ahora, ya no de aplicar la Ley a cada caso concreto, sino de imaginar, suponer y calcular cuál es la forma de entender el principio, de descubrir la filosofía o la moralidad de la palabra “justicia”, del concepto de igualdad, de la tesis del “interés nacional”, etc.

Antes, los principios, que los hubo siempre y bien claros, eran los inspiradores del ordenamiento legal, los referentes morales y culturales de la ley, que debía estar sólidamente anclada en ellos. Ahora, los “principios” son de aplicación directa e inmediata. El problema, más allá de los méritos de esa teoría aplicada en sociedades ideales, es que en Ecuador está sirviendo para soslayar las normas, para justificar las más insólitas conductas al amparo de la “ponderación de los derechos”, o bajo la teoría, consagrada en la Ley de Garantías Jurisdiccionales y Control Constitucional, de “modular” las sentencias a las circunstancias. La modulación puede significar acomodo al interés político, a la ideología predominante, al activismo de los involucrados, etc. (Art. 66, Nº 12).

La demolición de la ley por la aplicación administrativa o judicial de los principios, hace pensar que, pese a lo que diga en la Constitución, la seguridad jurídica ya no es un valor importante la seguridad jurídica. Alguien dijo por allí que era un principio “burgués.” Claro, lo revolucionario es la incertidumbre y la pesca a río revuelto.

2.- La dictadura judicial.- Como los intérpretes de los principios son los jueces, como ellos “ponderan” los derechos y eligen el de mejor calidad (¿?), como ya no están atados por los límites de la legalidad, ni siquiera por los datos del proceso, son ellos los que sabiamente descubren la filosofía escondida en los principios, los que establecen lo que se entiende por justicia, seguridad, equidad, derechos ciudadanos. El otro día, bajo semejante concepto del neoconstitucionalismo, un juez interpretó que, pese a las evidencias, un mandato constituyente imperativo e intocable, como la Asamblea de Montecristi lo declaró, no era aplicable para la protección de los derechos. Él tenía otro concepto del “garantismo”, que en ese caso resultó ventaja imponderable… para el Estado.

La absoluta discrecionalidad judicial empieza a notarse en los fallos que se dictan en las acciones de protección, que, por lo visto, no sirven para nada, o quizá sirven para ampararle al poder. Era preferible la omnipotencia de la Ley, al menos escrita y preestablecida para el conocimiento de todos, que la omnipotencia judicial, que apartándose de los derechos, modula en cada caso sus filosofías, sus sociologías y cede a su ideología. Campo fértil para toda clase de acertijos y sorpresas.

3.- La falsa “santidad de la Constitución”.- Buena parte de la teoría, que es la madre de estas dictaduras judiciales que empezamos a vivir, se inspira en un sofisma: la “santidad” de la Constitución, fuente de principios, norma proveniente de la soberanía popular, única regla en el desierto de la arbitrariedad. La verdad es que si se critica a las leyes por provenir del absolutismo del legislador, la misma crítica se aplica a la Constitución: hablando en oro, ella proviene del absolutismo y de la arbitrariedad de la Asamblea, proviene de los poderes absolutos de que le invistieron, proviene del Estado concentrador de poder. No proviene de la gente, ni de la presunta soberanía de un pueblo que votó sin haber leído ni una coma de semejante documento farragoso y extenso. Votó por la propaganda, no por el neoconstitucionalismo, ni por el buen vivir.

La verdad es que la “santidad de la Constitución”, votada a ciegas, está viciada por un grave problema de legitimidad, de moral democrática que hay que enunciar y denunciar, porque los que sabían eran los que preguntaron. Los que no sabían eran los que votaron.

4.- El Estado discrecional.- La paradoja de la Constitución empieza a aflorar para la gente común: el Estado de derechos y justicia, el ente garantista y justiciero por el que tantos votaron, está resultando un ogro discrecional y arbitrario, que se protege, se escuda, hace flecos los derechos e inaugura insólitos mecanismos para revertir las sentencias que le perjudiquen, como es el caso de la acción extraordinaria de protección que la Constitución reserva a los ciudadanos (Art. 437), pero que la Ley, reformando la norma superior, atribuye al Estado.

La discrecionalidad no queda ahí. Está en las “políticas” consagradas en la Constitución como mecanismo intocable de administración y gobierno; está en el poder reglamentario, en la capacidad interpretativa que se ha fortalecido. Está en el temor, que impone como forma de protesta el susurro, el disimulo, la “modulación”, es decir, la abdicación de la capacidad crítica, la renuncia a la independencia institucional. Paradójico: a título de garantías de derechos individuales, se va generando un enorme aparato de poder discrecional, y un sistema de juzgamiento donde prospera el susto de los jueces y la ponderación de los derechos en beneficio… del Estado.

Lo anterior revela, además, que seguimos con la vieja práctica de adoptar conceptos y regímenes jurídicos sin tomar en cuenta la realidad social sobre la cual deberán operar. Esto explica la falta de institucionalidad y la permanente crisis de la cultura jurídica que le caracteriza al Ecuador.

LA PENA DE PRISIÓN, PROPUESTAS PARA SUSTITUIRLA O ABOLIRLA

Un libro muy interesante sobre las penas: deben existir como estan o se las debería cambiar? Para leer ver aquí

Anteproyecto de Código de Garantías Penales


La Constitucionalización del Derecho Penal. Presentamos el anteproyecto, contiene muchas novedades. Lo pueden leer aquí

martes, 23 de marzo de 2010

Derecho Comparado


La Dra. Consuelo Sirvent, profesora de Derecho Comparado de la UNAM visitó nuestra universidad desde el 15 hasta el 19 de marzo. En esta semana de estudios intensivos recibimos la primera clase de Dercho Comparado de la Maestría.

Maestría en Derecho con la Universidad Nacional Autónoma de México - UNAM


Con mucho entuciasmo empezamos los estudios de posgrado en Derecho en la UNAM; en la foto vemos al profesor Rosalío López con todos sus estudiantes.
Los temas que se trató en este curso son:
1.- Descripción del perfil de la maestría.
2.- Habilidades de Investigación.
3.- Tipos de trabajo de Investigación.
4.- Protocolo de investigación.
5.- Reflexión sobre el perfil de la dociencia.

viernes, 12 de marzo de 2010

Día del Abogado Ecuatoriano


Muy bueno para reir un rato. Ver aquí

La relevancia del derecho

Un artículo muy importante sobre la relevancia del derecho de Hugo Darquea López lo pueden leer aquí

jueves, 11 de marzo de 2010

Estado, Globalización y Paideia

Un libro en muy interesante de Jorge Pallares Bossa, lo puenden leer completo aquí

Derecho, Discurso y Poder

Un libro muy interesante de Yezid Carrillo de la Rosa, lo pueden leer aquí

lunes, 8 de marzo de 2010

Discurso de Oscar Arias en la Cumbre de Cancún



Excelentísimos Jefes de Estado y de Gobierno de América Latina y el Caribe, amigas y amigos: Ésta es mi última participación en una cumbre internacional. No pretendo despedirme de América Latina ni del Caribe. Los sueños de esta región los llevo atados
al centro de mi vida. Pero sí debo despedirme de ustedes, colegas, hermanos, compañeros de viaje. Debo despedirme de este auditorio que resume, en un racimo de voces, las esperanzas de 600 millones de personas, casi una décima parte de la humanidad. Es en nombre de esa estirpe latinoamericana que quiero compartir con ustedes algunas reflexiones. Es en nombre de la prosapia que habita más allá de estas puertas, y que exige de nosotros la osadía de construir un lugar más digno bajo el sol.A pesar de los discursos y de los aplausos, lo cierto es que nuestra región ha avanzado poco en las últimas décadas. En ciertas áreas, ha caminado resueltamente hacia atrás. Muchos quieren abordar un oxidado vagón al pasado, a las trincheras ideológicas que dividieron al mundo durante la Guerra Fría. América Latina corre el riesgo de aumentar su insólita colección de generaciones perdidas. Corre el riesgo de desperdiciar, una vez más, su oportunidad sobre la Tierra. Nos corresponde a nosotros, y a quienes vengan después, evitar que eso suceda. Nos corresponde honrar la deuda con la democracia, con el desarrollo y con la paz de nuestros pueblos, una deuda cuyo plazo venció hace siglos.Honrar la deuda con la democracia quiere decir mucho más que promulgar constituciones políticas, firmar cartas democráticas o celebrar elecciones periódicas. Quiere decir construir una institucionalidad confiable, más allá de las anémicas estructuras que actualmente sostienen nuestros aparatos estatales. Quiere decir garantizar la supremacía de la ley y la vigencia del Estado de Derecho, que algunos insisten en saltar con garrocha.Quiere decir fortalecer el sistema de pesos y contrapesos, profundamente amenazado por la presencia de gobiernos tentaculares, que han borrado las fronteras entre gobernante, partido y Estado. Quiere decir asegurar el disfrute de un núcleo duro de derechos y garantías fundamentales, crónicamente vulnerados en buena parte de la región latinoamericana. Y quiere decir, antes que nada, la utilización del poder político para lograr un mayor desarrollo humano, el mejoramiento de las condiciones de vida de nuestros habitantes y la expansión de las libertades de nuestros ciudadanos.No se debe confundir el origen democrático de un régimen con el funcionamiento democrático del Estado. Hay en nuestra región gobiernos que se valen de los resultados electorales para justificar su deseo de restringir libertades individuales y perseguir a sus adversarios. Se valen de un mecanismo democrático, para subvertir las bases de la democracia. Un verdadero demócrata, si no tiene oposición, debe crearla. Demuestra su éxito en los frutos de su trabajo, y no en el producto de sus represalias. Demuestra su poder abriendo hospitales, caminos y universidades, y no coartando la libertad de opinión y expresión. Un verdadero demócrata demuestra su energía combatiendo la pobreza, la ignorancia y la inseguridad ciudadana y no imperios extranjeros y conspiraciones imaginarias. Esta región, cansada de promesas huecas y palabras vacías, necesita una legión de estadistas cada vez más tolerantes, y no una legión de gobernantes cada vez más autoritarios. Es muy fácil defender los derechos de quienes piensan igual que nosotros. Defender los derechos de quienes piensan distinto, ése es el reto del verdadero demócrata. Ojalá nuestros pueblos tengan la sabiduría para elegir gobernantes a quienes no les quede grande la camisa democrática.Y ojalá también sepan resistir la tentación de quienes les prometen vergeles detrás de la democracia participativa, que puede ser un arma peligrosa en manos del populismo y la demagogia. Los problemas de Latinoamérica no se solucionan con sustituir una democracia representativa disfuncional, por una democracia participativa caótica.Parafraseando a Octavio Paz, me atrevo a decir que en nuestra región la democracia no necesita echar alas, lo que necesita es echar raíces. Antes de vender tiquetes al paraíso, preocupémonos primero por consolidar nuestras endebles instituciones, por resguardar las garantías fundamentales, por asegurar la igualdad de oportunidades para nuestros ciudadanos, por aumentar la transparencia de nuestros gobiernos, y sobre todo, por mejorar la efectividad de nuestras burocracias. Mi experiencia como gobernante me ha comprobado que los nuestros son Estados escleróticos e hipertrofiados, incapaces de satisfacer las necesidades de nuestros pueblos y de brindar los frutos que la democracia está obligada a entregar.Esto tiene serias consecuencias sobre nuestra capacidad de honrar la segunda deuda que he querido mencionarles, la deuda con el desarrollo. Una deuda que, repito, tenemos que honrar nosotros. Ni el colonialismo español, ni la falta de recursos naturales, ni la hegemonía de Estados Unidos, ni ninguna otra teoría producto de la victimización eterna de América Latina, explican el hecho de que nos rehusemos a aumentar nuestro gasto en innovación, a cobrarle impuestos a los ricos, a graduar profesionales en ingenierías y ciencias exactas, a promover la competencia, a construir infraestructura o a brindar seguridad jurídica a las empresas. Es hora de que cada palo aguante la vela de su propio progreso.¿Con qué derecho se queja América Latina de las desigualdades que dividen a sus pueblos, si cobra casi la mitad de sus tributos en impuestos indirectos, y la carga fiscal de algunas naciones en la región apenas alcanza el 10% del Producto Interno Bruto? ¿Con qué derecho se queja América Latina de su subdesarrollo, si es ella la que demuestra una proverbial resistencia al cambio cada vez que se habla de innovación y de adaptación a nuevas circunstancias? ¿Con qué derecho se queja América Latina de la falta de empleos de calidad, si es ella la que permite que la escolaridad promedio sea de alrededor de 8 años? Y sobre todo, ¿con qué derecho se queja América Latina de su pobreza si gasta, al año, casi 60.000 millones de dólares en armas y soldados?La deuda con la paz es la más vergonzosa, porque demuestra la amnesia de una región que alimenta el retorno de una carrera armamentista, dirigida en muchos casos a combatir fantasmas y espejismos. Demuestra, además, la total incapacidad para establecer prioridades en América Latina, una práctica que impide la concreción de una verdadera agenda para el desarrollo. Hay países que sufren conflictos internos, que pueden justificar un aumento en sus gastos de defensa nacional. Pero en la gran mayoría de nuestras naciones, un mayor gasto militar es inexcusable ante las necesidades de pueblos cuyos verdaderos enemigos son el hambre, la enfermedad, el analfabetismo, la desigualdad, la criminalidad y la degradación del medio ambiente. Es lamentable que en esta Cumbre de la Unidad se reúnan países que se arman los unos contra los otros. Y es también lamentable que en esta Cumbre de la Unidad se encuentre ausente el Gobierno de Honduras, cuyo pueblo es víctima del militarismo y no merece castigo, sino auxilio.Si hace veinte años me hubieran dicho que en el 2010 estaría todavía condenando el aumento del gasto militar en América Latina, probablemente me habría sorprendido.¿Cómo, después de haber visto los cuerpos destrozados de jóvenes y niños heridos en la guerra, podía esta región anhelar un retorno a las armas? ¿Cómo habría de permitir el dantesco desfile de cohetes, misiles y rifles que pasa frente a pupitres desvencijados, loncheras vacías y clínicas sin medicinas? Algunos dirán que me equivoqué al confiar en un futuro de paz. No lo creo. La esperanza nunca es un error, no importa cuántas veces sea defraudada.Yo aún espero un nuevo día para América Latina y el Caribe. Espero un futuro de grandeza para nuestros pueblos. Llegará el día en que la democracia, el desarrollo y la paz llenarán las alforjas de la región. Llegará el día en que cesará el recuento de las generaciones perdidas. Puede ser mañana, si nos atrevemos a hacerlo. Puede ser el próximo año, la próxima década o el próximo siglo. Por mi parte, yo seguiré luchando. Sin importar las sombras, seguiré esperando la luz al final del arco iris. Seguiré luchando hasta el día que llegue.Queridos amigos y amigas. Compartir con ustedes este foro, al igual que muchos otros más, ha sido para mí sumamente honroso y un verdadero privilegio. Esta es mi última cumbre y al decirles adiós, quiero que sepan que en Óscar Arias tendrán siempre a un amigo de verdad.Muchas gracias.Óscar Arias Sánchez

domingo, 7 de marzo de 2010

Entrevista de Manuel Atienza a Robert Alexy

El texto completo de esta importante entrevista la pueden leer aquí

jueves, 4 de marzo de 2010

Ejecución penal y derechos humanos una mirada crítica a la privación de la libertad



Un libro interesante. Leer aquí

Curso de Derecho Romano Clásico I





Un libro muy impotante sobre el Derecho Romano del profesor de la UNAM Jorge Adame Goddard. Leer aquí

miércoles, 3 de marzo de 2010

Cómo analizar una argumentación jurídica

El libro "Cómo Analizar una Argumentación Jurídica", fue publicado en nuestro país, cuyos autores son Manuel Atienza y Alí Lozada Prado, aquí ellos exponen sobre la forma de argumentar los casos, para esto presentan un método. Su libro consta de dos partes: la primera, Exposición del Método que podría calificarse como la parte general de la argumentación jurídica. La segunda que vendría a constituir la parte especial destinada a contestar a las tres cuestiones fundamentales que plantea la argumentación en el Derecho:

1.- Cómo analizar una argumentación.
2.- Cómo evaluarla.
3.- Cómo argumentar.

Finalmente aplica el método propuesto en 5 casos de la jurisprudenia ecuatoriana.

martes, 2 de marzo de 2010

El uso de los instrumentos internacionales de Derechos Humanos en la administración de justicia




Este libro lo pueden leer aquí

Libro: Procedimiento Oral en los Juicios de Trabajo




La Escuela de Ciencias Jurídicas de la UTPL. nos invita a la presentación del libro “El Procedimiento Oral en los Juicios de Trabajo: un manual práctico” del asambleísta Andrés Páez, quien es un especialista en derecho laboral, que a lo largo de 400 páginas recoge las principales innovaciones procesales en materia laboral.


La obra, que ha sido editada por la Corporación de Estudios y Publicaciones, será presentada el día jueves 4 de marzo, a las 17:00, en la sala Nro. 3 del Edificio del Octógono de la UTPL.


Conozca los bloggers más ricos del mundo

Una noticia que me dejó impactado. Ver aquí